No esperes que trepe a la torre
Me dan miedo las alturas
Ni que para llegar a ti
Mate dragones
No jodas
Soy demasiado cobarde
Como para apostar mi vida
Sin saber
De vencer
Que recompensa me espera
Pues aunque desde aquí
Te me dibujas armoniosa
Perfecta
Las distancias cortas son odiosas
Y hasta la más insignificante tara se aprecia
Ya ves por mi trova
Embadurnada de insolencia
Que no soy un caballero
Habría de vestirme de armadura
Para aparentarlo al menos
Pero según la prensa especializada
Este otoño-invierno no son tendencia...
Princesa.
Princesa...
ResponderEliminarya ni en sueños me disfrazo,
total,
hace años me dañaron el final.
En las distancias cortas es donde mejor me desenvuelvo
ResponderEliminar"Soy demasiado cobarde
ResponderEliminarComo para apostar mi vida
Sin saber
De vencer
Que recompensa me espera"
Me parece todo un hallazgo para decirle a alguien que no nos interesa en demasía.
lo malo de los principes azules , es que al lavarse , siempre destiñen.
ResponderEliminarGenial final, muy bueno amigo mio, un abrazo.
ResponderEliminarjaja me hizo gracia , me alegro mucho el día tiene un toque de humor negro muy sabroso chamo , buena esa.
ResponderEliminarpero está bueno el texto, a pesar de leerlo con los ojos entrecerrados entre la textura del fondo de tu blog (o es demasiado tarde aquí y mis ojos ya son apenas dos obtusas rayitas) en fin... conozco a algunos que son así de cobardes y no se arriesgan por algo sino saben de entrada cómo les va a ir... me encantó
ResponderEliminarNada de armaduras y cancanes de princesas…uno es lo que es sin tener que hacer demostraciones, o me aceptan sin disfraces ni caretas, o que les den…
ResponderEliminarGenial Delgaducho ;-)
Muackss!!
Quizá no eres un príncipe azul,D, pero sí un genio.
ResponderEliminarEs genial.
un besito!
La letra pequeña que nunca nos contaron del cuento es la patada de la belleza. Bueno :)
ResponderEliminarMe gusta los fondos de tus textos y la superficie de los mismos.
ResponderEliminarPero
sobre todo me gusta
cuando
me
llamas
prin-ce-sa.
:-)
Jeanne
Si es que lo que de verdad se lleva son los caballeros así como tú, sin armadura ni nada, en pelotis...
ResponderEliminarQue alegria comprobar que has vuelto a abrir el tablon de comments, tantas veces he querido decirte cosas y no he podido..
ResponderEliminarMuchos,muchos besos!!
En los tiempos que corren, en cualquier torre de castillo que se precie hay cobertura. Llama a la princesa al teléfono móvil o envíale un correo. Queda con ella en un café lejos de las almenas y de las alturas. Sé puntual, quítate las gafas para no correr el peligro de ver de cerca, escúchale la voz y si no fuera puntual, escúchale la excusa, disfruta con su cara de prisa, qué sé yo. Pero sobre todo, no te juegues la vida. Ni se te ocurra. Juégate media hora o cincuenta minutos, como mucho. A partir de ahí, todo lo que se ponga encima de la mesa, que sea a medias. De armadura, ni hablar, que como te lleves un jarro de agua fría, la herrumbre sale muy mal.
ResponderEliminarNo sé si son consejos de Elena Francis o de la Dirección General de Tráfico :S
Un beso
A veces a las mujeres nos gusta que los hombres den todo: que maten dragones, peleen con malvados jinetes oscuros y trepen por neustro cabello (vale, a lo mejor esto último no).
ResponderEliminarEspera, que me bajo de las nubes.
perfecto, de verdad. Como siempre.
ResponderEliminarSaludos!
Hola amigo:
ResponderEliminarHe quedado sin palabras.
Simplemente hermoso.
Felicidades
Hacía mucho que no pasaba por aquí, pero como siempre me voy con el mejor de los sabores.
ResponderEliminarUn relato espectacular que me ha dejado sin palabras.
Siempre me gustaron los cuentos de princesas... sí, esos que tú odias... ;)
Un besito enorme.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue GRANDE eres!!!!
ResponderEliminarMe he quedado alucinada con esta entrada, la verdad.
Un beso enorme flaco.
¡Me encanta!
ResponderEliminarLindo como siempre.
ResponderEliminarBicos.
te cuento, estoy recorriendo de a poco tu blog, me sigue pareciendo super interesante... realmente!!
ResponderEliminarasi q lo ire leyendo muy despacio, como se lee (o al menos yo lo hago asi) un verdadero libro.
gracias por tan hermosas sensaciones.
ojala para esa princesa no seas el principe azul, si no se tonaria aburrido, y al menos veo que como escritor no lo sos... no es q escribas cosas graciosas pero si muy interesantes... gracias por compartirlo y dejarme pasar a saludarte...
Con tu permiso...creo que voy a aprenderme esta poesía de memoria para vomitarsela a algún speudoamante
ResponderEliminarme encanta,
ResponderEliminarsaludos ^^
Recomentando me sorprendo, una pesudo-tarde de domingo-gris... gris y lluvioso donde los recuerdos caen sobre mi cabeza cual pesadas gotas de lluvia.
ResponderEliminarNO es momento de volver atrás, tampoco de avanzar, me estancaré como un charco esperando que vuelvas a pisotearme.
Intenté acercarme, tu reacción una ebullición, me evaporo... y asciendo para formar parte de la estúpida capa de ozono, hasta que vuelvas a bajarme y deje un agujero más en el mundo.
Buenas tardes lluviosas Delgaducho. Eres un crack, como siempre.