Sit amet

La imagen ha sido cedida y es obra de Almudena Arbós. https://almudenaarbos.jux.com/

miércoles, 24 de febrero de 2010

CIORAN


Refulgente el sol en Madrid (de momento) no puedo sino sentirme más animado (ayuda también la sobredosis de cafeína para que negarlo) es por eso que lo que viene a continuación no tiene que ver con nada que se me pase por la cabeza, es tan solo un extracto de lo que un genio como Ciorán pensaba respecto a las “Tendencias autolíticas” (es largo, si no queréis leerlo lo entenderé pero merece la pena, de verdad.)

Matarse es, de hecho, rivalizar con la muerte, es demostrar que uno lo puede hacer mejor que ella, es hacerle una jugada y, éxito no desdeñable, rehabilitarse ante sus propios ojos. Se tranquiliza uno, se persuade uno de que no se es el último, de que se merece cierto respeto. Uno se dice: Hasta ahora, incapaz de tomar una iniciativa, no tenía ninguna estima por mí mismo; ahora todo cambia: destruyéndome, destruyo del mismo golpe todas las razones que tenía para despreciarme, vuelvo a ganar confianza, soy alguien por siempre jamás...
Existe en nosotros una tentación, mejor que una voluntad, de morir. Pues si nos fuese dado querer la muerte, ¿quién no se aprovecharía a la primera contrariedad? Aún interviene otro impedimento: la idea de matarse parece increíblemente nueva a quien se ve poseído por ella; se imagina, pues, que ejecuta un acto sin precedentes; esta ilusión le ocupa y le halaga, y le hace perder un tiempo precioso.
El hecho tan sencillo de mirar un cuchillo y de comprender que sólo depende de ti hacer cierto uso de él, da una sensación de soberanía que deriva en megalomanía.
El que no ha pensado nunca en matarse se decidirá a ello mucho más prontamente que quien no cesa de pensar en ello. Como todo acto crucial es más fácil de cumplir por irreflexión que por examen, el espíritu virgen de suicidio, una vez que se sienta impulsado a él, no tendrá defensa alguna contra este impulso súbito; se verá cegado y sacudido por la revelación de una salida definitiva, que no había considerado antes; en tanto que el otro podrá siempre retrasar un gesto que ha pesado y vuelto a pesar indefinidamente, que conoce a fondo y al que se resolverá sin pasión, si es que alguna vez se resuelve a ello.
Nadie se mata, como se piensa comúnmente, en un acceso de demencia, sino más bien en un acceso de insoportable lucidez, en un paroxismo que puede, si se empeña uno, ser asimilado a la locura, pues una clarividencia excesiva, llevada hasta su límite y de la que quisiera uno desembarazarse a cualquier precio rebasa el cuadro de la razón. El momento culminante de la decisión no testimonia, pese a todo, ningún embotamiento: los idiotas no se matan prácticamente nunca; pero puede uno matarse por miedo, por presentimiento de la idiotez. El acto mismo se confunde entonces con el último sobresalto del espíritu que se recoge, que reúne todos sus poderes y todas sus facultades antes de anularse. En el umbral de la última derrota se prueba a sí mismo que no está completamente perdido. Y se pierde, en plena posesión instantánea de todos sus medios.


Encuentros con el suicidio
Emil M. Cioran

19 comentarios:

  1. Nadie se mata, como se piensa comúnmente, en un acceso de demencia, sino más bien en un acceso de insoportable lucidez,..... (añadiría de mi cosecha ) en la que se ve la muerte ,como la acción más racional .

    Menos mal que ha salido el sol !! o se termina pronto el invierno o al final en Madrid si hay playa.
    Un beso cargadito de serotonina solar
    (si no existe , se inventa )

    ResponderEliminar
  2. largo e interesante. me alegra verte un poco menos gris. saludos

    ResponderEliminar
  3. El que no ha pensado nunca en matarse se decidirá a ello mucho más prontamente que quien no cesa de pensar en ello.

    totalmente cierto.
    a mi esto me trae malos recuerdos.

    ResponderEliminar
  4. ''El hecho tan sencillo de mirar un cuchillo y de comprender que sólo depende de ti hacer cierto uso de él, da una sensación de soberanía que deriva en megalomanía.''
    Creía que era la única. Jajajaja.
    Buen-o-ísimo.

    ResponderEliminar
  5. También hoy el sol ha salido por Barcelona... un sol genial.
    El texto es buenísimo, no lo conocía... supongo que el momento de irreflexión es ese que nos da valor a veces para hacer según que cosas... no?
    un beso enorme D. :)

    ResponderEliminar
  6. La reflexión sobre la vida y la muerte
    ese tobogán al vacío del suicidio,
    es lo más desesperado
    que a una persona le pueda suceder.
    Hay que negarlo como alternastiva

    ResponderEliminar
  7. "...los idiotas no se matan prácticamente nunca; pero puede uno matarse por miedo, por presentimiento de la idiotez."

    Brillante...

    Es a lo que mas temo.. esos pequeños momentos de lucidez, donde todo se ve claro, sin maquillaje.. donde no tienes donde esconderte y eres vulnerable, incluso a tus propios instintos...

    SaludosDelgaduucho!!!

    ResponderEliminar
  8. wow, que texto ... . Tremendamente analítico y certero. Muy duro.

    Un gran descubrimiento.


    PD: el tipo de la foto ... no se da un parecido con cierto actor famoso?

    ResponderEliminar
  9. Siempre escuché decir, que el suicidio es de cobardes.
    Siempre pensé todo lo contrario...hay que tener mucha valentía para llegar a hacerlo.
    Que en ese instante final (de apenas un minuto) muevas ficha sin vuelta atras... y pongas fin.

    Demasiado valor para mi... en este sentido soy realmente cobarde.

    Adoro la vida, adoro mi vida...y solo me marcharé cuando "quien sea" me llame o el destino asi lo quiera.

    Besazos.

    ResponderEliminar
  10. Es muy buena reflexión...has leído a Milan Kundera en "La insoportable levedad del ser"? A mí eso sí que me duele, cuando mi ser es tan leve que se convierte en insoportable..según lo cuenta Kundera en su libro, claro. Pero no me veo capaz de suicidarme o quitarme la vida,
    Estás mejor?

    ResponderEliminar
  11. He visto a Cioran mayor en la foto y Wikipedia en pantalla he corroborado que murió de muerte natural. Me consuela. Porque tengo como proyecto de medio-largo plazo morir de otra cosa. Que se hace difícil, algunos días, así que habrá que currárselo. En ello estamos.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  12. Me quito el sombrero ante este señor, que manera de decir las cosas al punto de entenderlas en su estado puro, no le quito ni un punto ni una coma a todo lo que ha dicho.
    Interesante, que perspectiva la que tiene ante este tema.
    Un abrazo y gracias por compartirnos esto, me gusto!

    ResponderEliminar
  13. simplemente..buenisimo...

    si hay algo que quiera por sobre todas las cosas, esa es mi vida


    reitero buenisimo

    ResponderEliminar
  14. Kerido Delgaducho, con esas lecturas así te crece el pelo.

    El suicidio, es un acto de valentía, algunos dirán que de cobardía.

    Es la potestad que la vida nos da, decidir el momento en el que concluir, quizás como dice Ciaron no sea un producido por una reflexión, sino por un acto impulsivo.

    Espero pensar en ello, sin prisas...

    ResponderEliminar
  15. anónima dijo:

    no creo en el suicidio

    ResponderEliminar
  16. Me lleva un tiempo pensando en la muerte de los valientes, me lleva un tiempo pensando que no pertenezco al genero valiente, me lleva tiempo pensando en muerte, en mi persona muerta, me lleva tiempo huyendo de de está muerte mía, no lleva tiempo arrastrarse a la idiotez andante de mi cobardía. Es tan fácil se idiota y seguir con vida.
    Que texto mas exquisito!!

    ResponderEliminar